El pilates pretende que nos habituemos al control del movimiento, evitando así que los vicios o malos hábitos posturales se impongan a nuestra voluntad, es decir, realinear nuestra postura mediante el ejercicio consciente.
Lo puede practicar cualquier persona, no importa su condición física, edad o nivel de habilidad. Esto hace que sea el remedio activo conservador de elección, ante prácticamente cualquier dolencia de la columna.